Hamás deja en manos de Israel la decisión de liberar a los rehenes o no

Pablo Medina MADRID / LA VOZ

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Protesta en Tel Aviv de partidarios de la liberación de los rehenes israelíes en manos de Hamás.
Protesta en Tel Aviv de partidarios de la liberación de los rehenes israelíes en manos de Hamás. DPA vía Europa Press | EUROPAPRESS

El secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, advirtió ayer a Netanyahu que una invasión sobre Rafah dificultaría la normalización de relaciones con Arabia Saudí

02 may 2024 . Actualizado a las 22:49 h.

Tras casi siete meses de guerra en Gaza, cerca de 130 rehenes israelíes siguen en manos de Hamás. El Gobierno de Benjamin Netanyahu no los priorizó en ningún momento de la guerra, pero las presiones internas e internacionales se acrecientan para intentar que Tel Aviv acepte un alto el fuego que permita la liberación del centenar de cautivos, algo rechazado de plano por el Gabinete del primer ministro israelí, que prefiere lanzar la invasión de Rafah y acabar con el movimiento islamista.

Hamás se volverá a personar en El Cairo para tratar de hacer cumplir sus exigencias a cambio de liberar a todos los rehenes. Estas pasan por la excarcelación de alrededor de 1.200 presos palestinos y una pausa en los combates en tres tramos durante 124 días para reducir la actividad israelí en Gaza y que se permita la llegada de más ayuda humanitaria. Esta vez, según el canal libanés Al Mayadin, el movimiento ha excluido de su propuesta la retirada total de las tropas de Tel Aviv, un gesto que viene a comunicar que la decisión de liberar a los rehenes depende ahora de Israel.

La delegación del Movimiento de Resistencia Islámica llegará a la capital egipcia «en los próximos dos días» y hará una evaluación «definitiva» del acuerdo en algún momento de la semana que viene.

Netanyahu, por otro lado, continúa presionado por EE.UU. y el lobi de las familias israelíes para que acepte un acuerdo. El secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, advirtió ayer al primer ministro israelí que una invasión sobre Rafah dificultaría la normalización de relaciones con Arabia Saudí, que podría reconocer al país hebreo a cambio de un Estado palestino y la promesa de que Tel Aviv no ocupará Gaza.